Los familiares de pacientes celiacos (principalmente los de primer
grado, como son los padres) son uno de los grupos con mayor riesgo a
desarrollar la enfermedad. Esto es debido a que la celiaquía es una
enfermedad autoinmune, es decir, es el propio sistema inmunitario el que
ataca a las células del organismo y, como la mayoría de enfermedades
autoinmunes, tiene una base genética.
Por ello, es necesario que los familiares de pacientes celiacos realicen
pruebas para conocer si están afectados. En la actualidad estas pruebas
se basan en la serología, o lo que es lo mismo, la realización de un
análisis de sangre para comprobar la presencia de anticuerpos.
Investigadores
de los servicios de Pediatría y Anatomía Patológica del Hospital de
León, del Departamento de Microbiología y del Instituto de Biomedicina
(Ibiomed) de la Universidad de León (España) han publicado recientemente
en la revista European journal of gastroenterology & hepatology un
trabajo en el que profundizan en la detección de enfermedad celiaca en
adultos familiares de pacientes. Como explica a DiCYT el
coordinador del trabajo, el doctor Santiago Vivas, hasta un 15 por
ciento de los familiares de pacientes celiacos, sobre todo familiares
adultos, puede llegar a desarrollar la enfermedad. Sin embargo, si las
pruebas serológicas son negativas, no se actúa hasta que no aparecen los
primeros síntomas. “En el estudio nos centramos en este grupo,
principalmente en los padres de niños celiacos, que son los más
difíciles de diagnosticar porque muchos no tienen síntomas. A partir de
algún trabajo publicado previamente y de nuestra experiencia, aunque no
tengan síntomas o los síntomas sean leves y, sobre todo, aunque la
serología sea negativa, un porcentaje alto de estos familiares puede
tener ya signos de la enfermedad celiaca como es la atrofia de las
vellosidades en el intestino delgado, síntomas que mejoran al quitar el
gluten de la dieta”, detalla. En una muestra de 92 pacientes, los investigadores han realizado el
cribado habitual basado en la serología y les han ofrecido la
realización de un estudio genético y una biopsia duodenal,
independientemente de que la prueba de anticuerpos fuera positiva o no.
Finalmente, 67 pacientes participaron en el estudio y se comparó el
rendimiento diagnóstico de ambas estrategias. Lo que han observado es
que este rendimiento diagnóstico es significativamente mayor con el
nuevo abordaje: “hemos observado alteraciones en más del 40 por ciento
de los participantes en el estudio mientras que con el abordaje inicial
solo se detectó el 25 por ciento”, apunta Vivas. De este modo, concluye, “creemos que los familiares de pacientes
celiacos son un grupo de riesgo que se puede beneficiar de un despistaje
más intenso”. El trabajo publicado en European journal of
gastroenterology & hepatology se engloba en un proyecto financiado
por el Instituto de Salud Carlos III a través del Fondo de
Investigaciones Sanitarias (FIS), y se ha llevado a cabo en los últimos
tres años. Tras esta primera aproximación, el próximo paso será publicar
los resultados de un nuevo estudio con 150 familiares de pacientes con
síntomas clínicos y alteraciones intestinales, a los que se suprime el
gluten de la dieta para comprobar si mejoran. La continuidad de
la línea de investigación está garantizada, ya que los investigadores
han recibido un nuevo proyecto del FIS para los próximos tres años en el
que estudiarán la evolución de estos pacientes. Fuente: NCYT
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