La única opción en niños con miocardiopatía dilatada es el trasplante, pero no siempre se puede disponer del corazón adecuado y en ocasiones el niño no puede esperar unos dos meses, que es el tiempo medio de espera para un corazón.
En estos casos se puede implantar un dispositivo de asistencia
ventricular como puente al trasplante. De los últimos catorce
trasplantes que se han efectuado en La Paz, cuatro se han hecho en niños
que han tenido un Berlin Heart, lo que demuestra el
protagonismo que está adquiriendo este dispositivo que salvaguarda la
vida.
Los dispositivos de asistencia ventricular nacieron hace ya más de
cuarenta años con el objetivo de mantener a los pacientes mientras
llegaba un corazón idóneo para el trasplante. Han ido evolucionando y ya
se pueden implantar de forma permanente en algunos casos, pero la
situación en niños es distinta: llegaron hace unos veinte años
procedentes de Alemania y en los últimos cinco años han tenido su mayor
desarrollo.
En España ya se han implantado 17 dispositivos de asistencia
ventricular en pacientes pediátricos y el Hospital La Paz, de Madrid, ha
puesto el mayor número, siete, seguido del Gregorio Marañón, de Madrid,
del Valle de Hebrón, de Barcelona, y del Reina Sofía, de Córdoba.
Fernando Villagrá, jefe de Cirugía Cardiovascular Infantil;
Francisco Ruza, jefe de Cuidados Intensivos Pediátricos, y Federico
Gutiérrez-Larraya, jefe de Cardiología Infantil, todos de La Paz, han
sido los encargados de coordinar la implantación de un Berlin Heart
a un niño de ocho meses con cinco kilos de peso que presentaba una
miocardiopatía dilatada y en el que el trasplante era la única opción.
Al no disponer de un corazón para el paciente, se tomó la decisión de
implantarle un Berlin Heart, que le mantiene con vida hasta que
llegue su corazón definitivo.
Funcionamiento El dispositivo tiene dos
partes: una interna formada por las cánulas que traen y llevan la
sangre, y la externa que es el aparato en sí, una especie de consola que
es un compresor de aire. Una bomba hace que entre y salga el aire en el
paciente", apunta Villagrá.
La indicación principal es la fase final de la miocardiopatía,
que no tiene solución ni por la vía farmacológica ni por la quirúrgica,
"puesto que no se puede reemplazar o generar un miocardio".
En estos casos, la única opción es el trasplante. Por eso, en
niños se utiliza exclusivamente como puente al trasplante. Ruza recuerda
que el tiempo de espera medio está en dos o tres meses, por lo que los
niños en situaciones críticas no llegan a recibir el órgano.
No está diseñado para estar un tiempo indefinido, y aunque no
hay límite de tiempo, lo normal son dos meses, "si bien hemos llegado a
tener un niño hasta siete meses con este dispositivo", puntualiza
Villagrá, quien añade que los cuidados tras la implantación son
fundamentales.
De éstos se encarga Ruza. En los estados iniciales está en la
UCI: "Es como si fuera una intervención extracorpórea que necesita
ventilación mecánica y adecuar el funcionamiento de la bomba a las
circunstancias del paciente. Hay que garantizar que funcionen bien los
órganos vitales y controlar la coagulación para evitar la trombosis
sobre los circuitos. Aquí, el servicio de hemostasia del hospital ejerce
un papel importante para mantener al niño". Después de pasar tres
semanas en la UCI, el niño pasó ayer a planta.
Estos pacientes vienen con una situación crítica a la que se
van adaptando y que varía con cada niño. Algunos sufren complicaciones
muy serias de pulmón por la situación de la miocardiopatía y otros
vienen con fallos multiorgánicos que hay que corregir.
Villagrá y Ruza se muestran satisfechos puesto que "están
aumentando las indicaciones del corazón artificial a medida que vamos
dominando estas tecnologías".
Los especialistas apuntan que la decisión de implantar un
dispositivo de asistencia ventricular artificial es consensuada, puesto
que es un trabajo en equipo.
SITUACIÓN PREVIA
Desde el punto de vista cardiológico, el niño al que se le ha
implantado el corazón artificial estaba con diuréticos, perfusión
continua de milrinona, perfusión de levosimendán y asistencia mecánica
ventilatoria, según explica Federico Gutiérrez-Larraya, jefe de
Cardiología Infantil. "Estaba incluido en lista para trasplante cardiaco
desde el 10 de marzo de 2010 y se le implantó el dispositivo por la
progresión y gravedad de la lesión".
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