El cambio de roles y conductas de género tradicionales durante la
adolescencia puede tener un efecto positivo en la salud de los hombres y
las mujeres jóvenes, como lo demuestran tres proyectos citados como
"buenas prácticas" por la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Los proyectos de Argentina, Brasil y El Salvador fueron los ganadores
del Tercer Concurso Anual de Buenas Prácticas que Incorporan la
Perspectiva de Igualdad de Género en Salud de los y las Adolescentes y
Jóvenes, y su mérito se reconoció en un encuentro celebrado en la sede
de la OPS en ocasión del Día Internacional de la Mujer. “Estas
experiencias ganadoras nos muestran que sí es posible cambiar los roles y
comportamientos tradicionales a favor de la salud de los hombres y las
mujeres adolescentes”, señaló la doctora Mirta Roses, Directora de la
OPS, al otorgar los premios a los tres ganadores. El proyecto
ganador de El Salvador, “Reducción de la mortalidad materna y neonatal
entre los jóvenes y los adolescentes,” ayudó a mejorar la supervivencia
materna y de los recién nacidos en el pueblo de Nahuizalco mediante el
fomento de la salud sexual y reproductiva como un derecho de los
adolescentes, la concientización de las funciones y las
responsabilidades de los adolescentes de ambos sexos en el cuidado de
los hijos y la salud sexual y reproductiva, y el mejoramiento de la
calidad de los servicios de salud. El proyecto ganador de
Argentina, “Reducción de los riesgos y daños para la salud sexual y
reproductiva en el marco de la atención integral de los adolescentes”,
se concibió para abordar las tasas elevadas de embarazos, abortos,
hospitalizaciones y defunciones relacionadas con el aborto entre las
adolescentes. Se impartieron talleres en las salas de espera de los
hospitales para prestar asesoramiento sobre la sexualidad, el sexo y los
derechos a los jóvenes de ambos sexos. Desde el 2002, en los talleres
se ha proporcionado orientación a 5.700 adolescentes (5.340 mujeres y
1.260 hombres), con lo cual se ha contribuido a una disminución del
número de hospitalizaciones y complicaciones relacionadas con el aborto.
En el proyecto ganador del Brasil, “Programas H y M: Hacer
partícipes a los hombres jóvenes y facultar a las mujeres jóvenes para
promover la equidad de género y salud,” se recurrió a la educación
grupal y a una radionovela dirigida a los jóvenes para tratar el
embarazo imprevisto, el uso de condones y la paternidad y maternidad
entre los adolescentes. El Programa M procura facultar a las mujeres
jóvenes para que ejerzan mayor control sobre sus vidas, y el Programa H,
sensibilizar a los hombres jóvenes sobre las maneras perjudiciales en
que se les socializa y promover entre ellos la adopción de actitudes de
género más equitativas. Los programas han tenido mayor aceptación entre
los hombres jóvenes que realizan trabajo doméstico y han dado lugar a un
mayor uso de condones y a tasas menores de acoso y violencia contra la
mujer. Entre las mujeres jóvenes, los programas aumentaron su
conocimiento y comunicación con sus parejas acerca de la salud sexual y
mejoraron su autoconfianza en las relaciones interpersonales. La
doctora Roses señaló que los adolescentes constituyen hoy día una
cuarta parte de la población de América Latina (232 millones de jóvenes)
y que proteger y promover su salud es fundamental para el futuro de la
Región. La mejor manera de lograrlo es con iniciativas que promuevan la
igualdad de género y aborden las diferentes necesidades de salud de los
adolescentes de uno y otro sexo: “Se necesitan grandes esfuerzos para
alcanzar la igualdad de género, a fin de mejorar la salud de las mujeres
y los hombres jóvenes. Las normas culturales y sociales de género
restringen el acceso de las mujeres a la información básica y las
condena a un papel desigual y más pasivo a la hora de tomar decisiones
sexuales, socavando de esta manera su autonomía, y exponiéndolas a
coerción sexual, lo que tiene como consecuencia embarazos no deseados,
abortos e infecciones.”. La Directora de la OPS agregó: “Por
otro lado, las expectativas tradicionales de masculinidad también llevan
a comportamientos que aumentan el riesgo de contraer la infección por
el VIH debido al número elevado de compañeros sexuales; el consumo de
drogas o alcohol; la violencia; los accidentes viales; y el rechazo a
buscar atención médica. En consecuencia, para mejorar la vida y la salud
de las adolescentes es también necesario sensibilizar y empoderar
positivamente a los varones adolescentes.”. Vanessa Geffrard,
una estudiante de posgrado en salud pública de origen estadounidense y
haitiano y dirigente de Advocates for Youth (Defensores de Jóvenes),
dijo que las diferencias entre los sexos en cuanto a la salud son tan
considerables en Washington, D.C. como en Haití, su país natal: “En
Haití, la tasa de mortalidad infantil es 50 veces mayor a la de los
Estados Unidos, el porcentaje de mujeres jóvenes infectadas por el VIH
supera por más de dos veces al porcentaje de hombres jóvenes infectados,
sólo una tercera parte de las mujeres usan un método anticonceptivo
moderno y la mayoría de las mujeres que mueren durante el parto son
mujeres jóvenes. En cambio, en Washington D.C. hay 14,1 defunciones de
lactantes por cada 1.000 nacimientos, 34,9 por cada 100.000 defunciones
maternas y cerca del 23 por ciento de las defunciones relacionadas con
el sida se dan entre las mujeres. Estas son pruebas claras de que hay un
problema grave que es necesario abordar. Son dos mundos aparte, pero
ambos tienen tasas sorprendentes que indican un problema en la manera en
que abordamos la salud de la mujer.”. Carmen Moreno, Secretaria
Ejecutiva de la Comisión Interamericana de Mujeres, dijo que ayudar a
los adolescentes a cambiar sus actitudes con respecto a la igualdad de
género debe formar parte de los programas de promoción del desarrollo
social y económico de los países latinoamericanos. Agregó que “el
desarrollo humano es sostenible únicamente si abarca la igualdad de
género y reconoce los derechos de las mujeres, y la colaboración con los
jóvenes es un requisito esencial para lograrlo”. El Concurso de
Buenas Prácticas que Incorporan la Perspectiva de Igualdad de Género en
Salud de los y las Adolescentes y Jóvenes fue establecido por la OPS en
el 2008 para reconocer y promover las experiencias que incorporan la
perspectiva de igualdad de género en salud, contribuyendo de ese modo a
la eficiencia, el acceso y la equidad de las políticas, los programas y
los servicios de salud. La finalidad del concurso es determinar las
experiencias que abordan mejor las diferentes necesidades y
oportunidades relacionadas con la salud de los hombres y las mujeres, y
presta atención especial a las experiencias que procuran transformar las
actitudes y hábitos de los proveedores de asistencia sanitaria, así
como de las mujeres y los hombres, a fin de mejorar las posibilidades de
que ambos sexos gocen de una salud óptima. El concurso de este
año recibió 70 solicitudes de 19 países de América Latina y el Caribe. La
OPS se estableció en 1902 y es la organización de salud pública más
antigua del mundo. Colabora con todos los países de la Región de las
Américas para mejorar la salud y calidad de vida de las personas del
continente y su secretaría actúa como la Oficina Regional para las
Américas de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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