El paso del tiempo no perdona y mucho menos el siglo XXI. No se ha inventado un chip del conocimiento, que situado en el cerebro nos aporte la deseada sabiduría; todavía, se aprende caminando. Sin embargo, las ayudas en este trayecto cada vez son más futuristas. Una revisión publicada por la biblioteca Cochrane asegura que la realidad virtual es un complemento ideal para que los cirujanos practiquen y mejoren su estilo a la hora de realizar laparoscopias.
El objetivo de este documento, que valora los resultados obtenidos por 23 ensayos,
pasa por conocer si el entrenamiento virtual resulta eficaz para los
médicos que debutan en las laparoscopias -introducir un endoscopio
realizando una pequeña incisión en la piel- y para los que ya cuentan
con un mínimo de práctica.
Debido a que esta técnica se emplea cada vez en un mayor número de
situaciones médicas (extirpación de la vesícula, los riñones o el
útero, por ejemplo), los autores de esta compilación destacan la
necesidad de lograr un entrenamiento estructurado "que mejore las habilidades quirúrgicas en el menor tiempo posible y con la mayor eficiencia".
Los estudios analizados comparan la realidad virtual con el
aprendizaje por vídeo, la laparoscopia tradicional o con no haberse
entrenado en la técnica. "Incluimos los ensayos en los que se confronta la realidad virtual con cualquier otro método de entrenamiento", apuntan los expertos, procedentes entre otros centros de la University College School of Medicine (Londres, Inglaterra).
Más en concreto, el meta análisis reúne cuatro investigaciones que
valoran la realidad virtual frente al vídeo, que ya demostró su mayor
eficacia frente a la enseñanza clásica; 12 que se centran en el
adiestramiento virtual, la falta de práctica y la laparoscopia
tradicional; otras cuatro que cotejan todas las opciones mencionadas; y
tres basadas sólo en diferentes técnicas de realidad virtual.
En total se contó con los datos de 612 especialistas.
En seis ensayos, éstos eran residentes de cirugía; en uno no se
especifica el puesto de los participantes; y en el resto de
investigaciones los sujetos estudiaban Medicina o eran residentes sin
experiencia en laparoscopias.
Menos tiempo y más precisión
En el caso de los médicos sin experiencia, la revisión afirma que
"frente a no practicar, el entrenamiento virtual redujo el tiempo
invertido en completar la tarea, aumentó la precisión y disminuyó los
errores". Además, la realidad virtual fue más precisa que el
aprendizaje por vídeo.
En cuanto a los cirujanos que ya tenían cierta pericia,
la revisión destaca que la práctica con el simulador virtual "reduce el
tiempo de operación y los fallos", en comparación con los que se
entrenan con las laparoscopias estándar.
Según Brian R. Davidson y su equipo, para realizar correctamente este tipo de cirugía, los especialistas necesitan contar con una serie de habilidades.
Por ejemplo, una adecuada coordinación entre el movimiento de las manos
y la imagen de la pantalla, ya que no ven directamente el área en el
que están trabajando; destreza al operar con instrumentos largos como
lo es el endoscopio; pericia en el delicado manejo de los tejidos...
"Esta revisión muestra que el entrenamiento con realidad virtual mejora la práctica quirúrgica clásica
y es al menos tan eficaz como la preparación con el vídeo", concluye el
documento. Por lo tanto, la simulación se antoja una buena herramienta
para aprender una técnica cada vez más en boga.
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