Las autoridades francesas han decidido retirar del mercado las prótesis mamarias de silicona Poly implant prothése (PIP), después de que, alertados por una tasa de roturas anormal, descubrieran un fraude en su elaboración.
La Agencia francesa de productos sanitarios (AFSSAPS en sus siglas en
francés) advirtió que la frecuencia de roturas registrada por las
prótesis de esta marca duplicaba a la de otros fabricantes. "Este tipo
de implantes mamarios suelen tener una duración de unos 10 años", ha
indicado el director de evaluación de dispositivos médicos del
organismo, Jean-Claude Ghislain. Pero, en este caso "se
producían más roturas y de forma más temprana que con otros implantes",
ha añadido.
Debido a esto, las autoridades decidieron realizar una inspección al
lugar de producción de estas prótesis. En la visita, descubrieron que el
fabricante estaba utilizando un gel de silicona que no se correspondía
con el que declaraban en su prospecto.
"Por tanto, hemos tomado la decisión de suspender su comercialización
y su utilización junto a una retirada de los productos", ha añadido
Ghislain, quien considera que el fraude se remonta años atrás.
Según sus datos, desde 2001 -cuando los implantes de gel de silicona
volvieron a ser autorizados en el país- entre "35.000 y 45.000 mujeres
francesas han recibido un implante de este tipo" tanto en operaciones de
cirugía estética como reconstructiva.
Uso en España
La compañía Poly implant prothése se creó en 1992 en el sur de
Francia. Aunque actualmente pasa por problemas financieros, en los
últimos años ha exportado al extranjero gran parte de su producción.
Tal como explica Ezequiel Rodríguez, presidente de la Sociedad
Española de Cirugía Plástica y Reparadora (SECPRE), las prótesis
mamarias de PIP "sí se han utilizado en España aunque hace unos años que
se dejaron de poner".
Este especialista aclara que los cirujanos españoles habían detectado
previamente problemas de rotura temprana con estas prótesis. "De hecho,
la sociedad ya había solicitado a todos miembros que hubieran utilizado
estas prótesis que se pusieran en contacto con nosotros para tomar
una decisión conjunta sobre el tema".
Rodríguez subraya que la rotura de estas prótesis no supone ningún
problema para la salud de quien las lleva. "No provocan trastornos.
Simplemente es que, si se rompen, hay que quitarlas y poner otras. Y eso
significa tener unos gastos adicionales que, en ningún caso debería
asumir el paciente o el cirujano, sino la compañía productora", remarca.
Para el presidente de la SECPRE, este caso pone de manifiesto la
necesidad de contar con un registro nacional de implantes,
una medida que llevan años reclamando a las autoridades.
"Con un registro, se podrían controlar mejor estos problemas, ya que
se podría localizar a todas las personas afectadas", concluye.
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