Cada vez se vuelve más popular entre ciertas mujeres la cirugía de vagina por motivos puramente cosméticos. Ésta incluye por ejemplo operaciones para que la apariencia externa
del conducto sea más "atractiva" o reformarla para contrarrestar la
laxitud después de un parto, el llamado "rejuvenecimiento vaginal". También se lleva a cabo la llamada himenoplastia, para restaurar el himen y que la mujer pueda pasar como virgen.
Pero tal como advierte la profesora Linda Cardozo, uroginecóloga del
hospital del King's College de Londres, existe muy poca evidencia que
confirme la seguridad o efectividad de estos procedimientos.
Las declaraciones de la experta fueron hechas durante la
conferencia la 7ª Conferencia Científica Internacional del Colegio Real
de Obstetras y Ginecólogos que se celebra en Montreal, Canadá.
"Si se busca en internet información sobre cirugía vaginal
cosmética aparecen más de 45.000 referencias al procedimiento", dijo la
experta.
"Y sin embargo -agrega- en bases de datos médicos como PubMed o
Medline, donde se registran los estudios publicados, aparecen menos de
100 referencias".
Reducción de labiosLa profesora Cardozo explicó durante su presentación que el
procedimiento más popular de cirugía vaginal cosmética es la
labioplastia de reducción.
Esta operación consiste en reducir el tamaño de los
labios vaginales menores, en la entrada de la vagina, que las mujeres
desean hacerse por razones estéticas o para "aliviar la incomodidad
física".
"Las mujeres desean emular a las supermodelos", afirma la profesora Cardozo.
"Esto forma parte de una tendencia. Pero se debe estar consciente de que toda cirugía es arriesgada", agrega.
Según explica la especialista, la mayoría de estos
procedimientos se llevan a cabo en el sector médico privado, y no
tienen ninguna regulación.
No se sabe exactamente cuántos procedimientos de este tipo se llevan a cabo.
Pero lo que es claro, afirma la experta, es que el número está aumentando en varios países del mundo.
Poca evidenciaHasta ahora la evidencia que existe de algunos estudios de casos
muestra que el procedimiento, que en el Reino Unido puede costar unos
US$4.000, tiene resultados estéticos positivos.
Pero lo que no se sabe es si este procedimiento resuelve los
sentimientos negativos o la angustia psicológica de la mujer, o si
mejora el funcionamiento sexual.
Y según Linda Cardozo, hay muy poca evidencia de que el
"rejuvenecimiento vaginal" (la reparación quirúrgica de la laxitud
vaginal, que puede costar unos US$6.000) mejore el síntoma o que sea
más efectivo que los simples ejercicios que se recomiendan para los
músculos del piso pélvico
"Es necesario llevar a cabo investigaciones más amplias para
los médicos puedan aconsejar apropiadamente a sus pacientes", afirma la
profesora Cardozo.
Mientras tanto, agrega, los cirujanos deben ser cautelosos y operar sólo como un último recurso.
"Las operaciones vaginales cosméticas nos presentan muchas interrogantes éticas muy serias", señala la experta.
"Las mujeres están pagando grandes sumas de dinero por este tipo
de cirugías que quizás pueden mejorar la apariencia de su genitales,
pero no hay evidencia de que mejoren sus funciones".
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